English / Deutsch

El lema de la Cuaresma 2019 será «EN CAMINO HACIA EL PADRE»

Seguimos profundizando en este tiempo de Misión Diocesana, el tema de ponernos en camino. Lo hicimos en adviento, en camino hacia Belén, hacia las periferias geográficas. Lo queremos hacer ahora en cuaresma, hacia el Padre, hacia las periferias personales y existenciales que se encuentran en nosotros y en los otros. “Es la experiencia de la contemplación y de la oración, de vivir no para evadirse de la dureza de lo cotidiano, sino para gozar de la familiaridad con Dios, para después retomar, con renovado vigor, el camino fatigoso de la cruz que lleva a la resurrección”.

El lema que hemos elegido y la imagen aérea del Monte Tabor, en Israel, lugar en el que se cree que sucedió el relato de la Transfiguración, nos lo recuerda. Un camino que asciende serpenteante, lleno de curvas, como la misma vida. Un camino que nos conduce a escuchar la voz del Padre, que nos invita al encuentro con Dios, a abrir los ojos y aprender a mirar, a vivir como hombres y mujeres transfigurados, para luego descender hacia los hermanos y hermanas.

Por eso es tiempo de conversión, de escuchar la voz del amor que nos llama a ir a Él, a estar con Él. Maravillosamente nos lo mostrará San Lucas, a lo largo de este año lítúrgico y en especial en este tiempo de cuaresma, en el que escucharemos la “parábola del Padre misericordioso”. Con sencillez pero con profundidad, nos lo recuerda también el papa Francisco en sus diversas intervenciones:

“También nosotros queremos hacernos eco de este llamado; queremos volver al corazón misericordioso del Padre. En este tiempo de gracia que hoy comenzamos, fijamos una vez más nuestra mirada en su misericordia. La cuaresma es un camino: nos conduce a la victoria de la misericordia sobre todo aquello que busca aplastarnos o rebajarnos a cualquier cosa que no sea digna de un hijo de Dios. La cuaresma es el camino de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la muerte a la vida.(…) Cuaresma es tiempo de memoria, es el tiempo de pensar y preguntarnos: ¿Qué sería de nosotros si Dios nos hubiese cerrado las puertas? ¿Qué sería de nosotros sin su misericordia que no se ha cansado de perdonarnos y nos dio siempre una oportunidad para volver a empezar? Cuaresma es el tiempo de preguntarnos: ¿Dónde estaríamos sin la ayuda de tantos rostros silenciosos que de mil maneras nos tendieron la mano y con acciones muy concretas nos devolvieron la esperanza y nos ayudaron a volver a empezar?”  Papa Francisco. Miércoles de Ceniza 2017

“Pienso en las mamás y en los padres preocupados cuando ven a sus hijos alejarse tomando caminos peligrosos. Pienso en los párrocos y catequistas que a veces se preguntan si su trabajo ha sido en vano. Pero pienso también a quien se encuentra en la cárcel, y le parece que su vida se ha terminado; a cuantos han realizado elecciones equivocadas y no logran mirar al futuro; a todos aquellos que tienen hambre de misericordia y de perdón y creen de no merecerlo… En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré jamás de ser hijo de Dios, ser hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en las situaciones más feas de la vida, Dios me espera, Dios quiere abrazarme, Dios me espera.(…) Los hijos pueden decidir si unirse a la alegría del padre o rechazarla. Deben interrogarse sobre sus propios deseos y sobre la visión que tienen de la vida. La parábola del hijo pródigo termina dejando el final en suspenso: no sabemos qué cosa ha decidido hacer el hijo mayor. Y esto es un estímulo para nosotros. Este Evangelio nos enseña que todos tenemos necesidad de entrar a la casa del Padre y participar de su alegría, en la fiesta de la misericordia y de la fraternidad.” Audiencia General 11 mayo 2016

¿Ponernos en camino o quedarnos parados? ¿Encontrar el valor o seguir en la zona de confort? ¿Conmovernos o creer que eso es para otros? ¿Salir a curar heridas o pasar de largo ante los caídos en el camino? En esta cuaresma ¡Decidamos!

canonigos

Don Víctor Manuel Álvarez y Don Pablo Francisco Álvarez nombrados canónigos de la Catedral de La Laguna

El obispo, Don Bernardo Álvarez Afonso, ha nombrado canónigos de la Santa Iglesia Catedral de Ntra. Sra. de Los Remedios a los sacerdotes Don Víctor Manuel Álvarez Torres y a Don Pablo Francisco Álvarez Bravo, a tenor del canon 509 del Código de Derecho Canónico y el artículo 11 de los Estatutos del Cabildo Catedral de San Cristóbal de La Laguna.

Víctor Manuel Álvarez Torres, es Vicario general. Fue ordenado sacerdote en S/C de la Palma, su ciudad natal, el 10 de septiembre de 1995. Doctor en Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana de Roma. Ha sido párroco en los Andenes, Camino de la Hornera y Tíncer, arciprestazgo de Taco (1996-2004), así como de la Villa de Arafo (2007-2014), arciprestazgo de Güímar. En ambos arciprestazgos ejerció de Arcipreste. Además, fue durante varios años Canciller-secretario general del Obispado. En la actualidad es Director del Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias, Sede de Tenerife, y Delegado diocesano de Familia y Vida, así como Consiliario diocesano del Movimiento de Familias Cristianas y Capellán de las Hermanas Hospitalarias.

Por su parte, el sacerdote Don Pablo Álvarez Bravo es natural de Santa Cruz de La Palma, donde nació en el año 1951. Ordenado presbítero en 1975. Ha desarrollado su servicio pastoral en las parroquias de Garafía y Breña Alta. Ha sido profesor de enseñanzas medias y del Seminario.  Durante dos períodos fue Director Espiritual del Seminario Mayor de nuestra diócesis. Asimismo, destinó doce años de servicio a la Iglesia en Cuba, concretamente en el seminario de S. Carlos y S. Ambrosio, en la archidiócesis de La Habana. En la actualidad es Delegado diocesano para el clero y capellán de las Hermanas Clarisas.

MMUU

Carta del Obispo diocesano: «Sesenta años con las «MANOS UNIDAS»

Queridos diocesanos:
Llevamos 60 años con las «MANOS UNIDAS» en la lucha contra el hambre en el mundo. Con la llegada de febrero se acentúa la campaña de sensibilización y recaudación de fondos para realizar los distintos proyectos programados en favor de las personas que sufren la pobreza en amplias regiones del mundo. Han sido millones de personas las que se han beneficiado de la acción eficaz de MANOS UNIDAS, pero el trabajo continúa. La ONU habla de más de 1.300 millones de personas que viven en situación de pobreza severa, personas que siguen necesitando de nuestra solidaridad. Una de cada nueve personas en el mundo padece hambre y una de cada tres, malnutrición.
A todos nos impactan las catástrofes naturales que producen grandes daños en las personas y en los bienes. Lo medios de comunicación se encargan de tenernos informados al minuto. Pero, de lo que no se nos informa con tanta frecuencia es que hay países que viven en «catástrofe permanente», no por fenómenos naturales, sino por los comportamientos humanos.
«La pobreza -nos dice el Papa Francisco- nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada. La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada […] Ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados… a todo esto se debe responder con una nueva visión de la vida y de la sociedad».
Esta respuesta que pide el Papa, ha marcado siempre el ser y el hacer de MANOS UNIDAS, que -no está por demás recordarlo- es una Asociación de la Iglesia Católica en España para la ayuda, promoción y desarrollo en los países más pobres. A su vez, en el ámbito de la sociedad en general, es una ONG católica, de voluntarios, seglares, sin ánimo de lucro y de carácter benéfico. Actualmente cuenta con más de 76.000 socios. Pero, MANOS UNIDAS somos también todos lo que con nuestras aportaciones voluntarias hacemos posible que cada año se recauden los millones de euros (casi 49 en 2017) con los que se realizan los proyectos humanitarios (570 proyectos en 59 países diferentes, en 2017). Su servicio también contribuye al bien de todos los españoles, pues al activar nuestra sensibilidad y enseñarnos a mirar con más atención las necesidades ajenas, nos hace más humanos, menos egoístas y más solidarios.
MANOS UNIDAS surgió en España hace 60 años y desde entonces no ha cesado en su lucha contra la pobreza, el hambre, la malnutrición, la enfermedad, la falta de instrucción, el subdesarrollo… Nacida por iniciativa de las Mujeres de Acción Católica y mantenida por ellas a lo largo de estos años, MANOS UNIDAS, junto con CÁRITAS, se ha convertido en el principal referente de los católicos en España para encauzar su deber de caridad para con el prójimo más necesitado: dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, curar al enfermo, enseñar al que no sabe… «Dar de comer a los hambrientos es un imperativo ético para la Iglesia, que responde a las enseñanzas de su Fundador, el Señor Jesús, sobre la solidaridad y el compartir» (Benedicto XVI).
La presente campaña de 2019 está marcada por el lema «Creemos en la igualdad y la dignidad de las personas». Con ello se quiere acentuar la universalidad y la indivisibilidad de los derechos humanos: Todos los seres humanos debemos disfrutar de ellos, sin prescindir
de ninguno. De este modo, MANOS UNIDAS, como viene haciéndolo desde hace 60 años, quiere ser voz de los que, en la actualidad, no pueden reclamar sus derechos fundamentales. Particularmente, como muestra el cartel de la campaña, se quiere salir en defensa de los millones de mujeres (una de cada tres en todo el mundo) que en pleno siglo XXI no tienen autonomía, ni seguridad, ni voz. Actualmente, un tercio de las mujeres no son como te las imaginas, o estamos acostumbrados a ver, “ni independientes, ni seguras, ni con voz”.
Nuestras comunidades cristianas y la sociedad en general, y en ellas cada uno de nosotros, estamos llamados a unirnos a este empeño de MANOS UNIDAS. Todos estamos llamados a “unir nuestras manos con las de otros” para cambiar esta situación. Llamados a unirnos en la convicción de que la actual situación de pobreza y hambre en el mundo es la mayor demostración de la falta de reconocimiento de los derechos humanos.
Mientras en nuestras sociedades opulentas estamos reclamando de forma ilimitada nuevos “derechos secundarios” (la mayoría de corte individualista y egoísta), los dos tercios de la humanidad no pueden disfrutar de sus derechos fundamentales. Y esto, en parte, se debe a esos “derechos secundarios” que en los países ricos cada vez reclamamos más, sin darnos cuenta que es a costa del sufrimiento ajeno. Por así decir, la tarta es la misma para todos y cada uno ha de coger su parte, no a su gusto y capricho, sino atendiendo a que también otros tienen derecho a ella.
Para los católicos, como nos enseña el Vaticano II, la cuestión es clara: “Nadie debe tener las cosas exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también a los demás… Alimenta al que muere de hambre, porque, si no lo alimentas, lo matas”. (GS 69).
Por la fe y la gracia que Dios nos da, el amor de Cristo por los pobres impregna nuestro corazón y nos mueve a partir nuestro pan con los hambrientos. Así lo hacemos en muchas ocasiones a lo largo del año. Ahora toca apoyar la Campaña de Manos Unidas contra el hambre en el mundo. Podemos hacerlo entregando nuestros donativos a través de las entidades bancarias colaboradoras y, también, en la colecta que se realiza en todas las misas del segundo fin de semana de febrero.
Sigamos con las “MANOS UNIDAS”. Así lo pido a todos, con mi afecto y bendición, en favor de tantos hermanos que nos necesitan.
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense

MIGUEL ÁNGEL

El 1 de febrero tuvo lugar una celebración de la Eucaristía dando gracias por los 200 años de la Bula de creación de la Diócesis de S. Cristóbal de La Laguna

El  1 de febrero de  2019 se celebró en la diócesis 200 años de historia. En ese
mismo día del año 1819 el papa Pío VII firmó la bula de creación de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna, segregándose de la de Canarias. El rey Fernando VII confirmará la nueva diócesis en agosto de ese mismo año y será el 21 de diciembre de 1819 cuando el obispo Linares, obispo
de Canarias, publicara el Decreto de Segregación.
Con tal motivo, el XII obispo Nivariense, Bernardo Álvarez, presidía una eucaristía de acción de gracias en la Catedral. Comenzaba la homilía recordando, precisamente, algunos fragmentos de la citada bula. Una reproducción de la misma era entregada por el propio Álvarez a los presentes en Catedral.
El prelado recordaba algunas cuestiones esenciales sobre lo que significaba una diócesis: “Una porción del Pueblo de Dios que se confía a un obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica”.
Álvarez Afonso invitó a dar gracias por todas las personas que en estos dos siglos, por la fe, fueron anunciando el evangelio en las canarias occidentales.
Después de la Misa, Miguel Ángel Navarro, canónigo y doctor en historia de la Iglesia, desarrolló una conferencia sobre los orígenes de la diócesis. Los presentes pudieron conocer los avatares que concluyeron en la creación de esta diócesis, así como las personas y circunstancias que lo fueron haciendo posible.
Al término de la misma, el obispo entregó personalmente a los presentes en la Catedral una reproducción de la bula de creación que ha sido editada por la diócesis para esta efemérides, cuyos actos principales se comenzarán a desarrollar a partir del 21 de diciembre de 2019.
Junt@s contra la trata. Mesa de Experiencias 08.02.2019

Viernes 8 de febrero, a las 20:00 h «Mesa de experiencia sobre Trata»

Este viernes, 8 de febrero, celebramos la jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata. Por esta razón desde Cáritas junto con la Delegación de Migraciones se ha organizado esta actividad. Celebraremos la Eucaristía en la Sata Iglesia Catedral a las 19:00 h y, a partir de las 20:00 h, en la Sala de Juntas de las Casas Capitulares habrá una mesa de experiencias sobre la trata de personas y sus vinculaciones con el fenómeno migratorio.

Cesta de compras