- La diócesis comenzó a “festejar su bicentenario” y se abrió la Puerta Santa del Año Jubilar
La Catedral acogió este sábado la celebración de comienzo del bicentenario de la diócesis de San Cristóbal de La Laguna. Con la máxima solemnidad, el obispo Nivariense presidía la Misa que fue concelebrada por su homólogo de la diócesis Canariense, junto a buena parte del clero venido desde las cuatro islas de la provincia de S/C de Tenerife.
La jornada había comenzado en el exterior de las Casas Capitulares. De ahí partió la procesión con el Consejo Diocesano de Pastoral y el clero presente. Al llegar al exterior del templo se leyó el decreto por el que la Santa Sede concedía a la diócesis un Año Jubilar. El obispo Álvarez abrió la llamada Puerta Santa, iniciándose la entrada a la Catedral en la que se encontraban ya los fieles y autoridades participantes.
El obispo comenzó la eucaristía narrando cómo fue el 21 de diciembre de 1819. A continuación, dio lectura al mensaje enviado por el papa Francisco que fue acogido por un aplauso. Francisco animó en el mismo a “tener siempre presente el amor misericordioso de Nuestro Señor Jesucristo”, al tiempo que exhortó a los diocesanos a “que prosigan incansablemente su actividad evangelizadora, llevando la alegría del Evangelio, siendo testigos creíbles de la caridad de Cristo que llama a prodigarse, con amor y delicadeza, en el servicio a los hermanos y hermanas más necesitados y olvidados de la sociedad”.
En su homilía, Álvarez recordó que “ya en 1404, el papa Benedicto XIII, teniendo en cuenta el arraigo de la fe cristiana entre la población de nuestras islas, constituyó la Diócesis de Canarias. 415 años después, Pío VII, determinó constituir nuestra diócesis de San Cristóbal de la Laguna, segregándola de la de Canarias”, agregó.
La intervención del prelado nivariense fue una memoria agradecida a Dios y a tantas personas e instituciones que, a lo largo de dos siglos, han sido y son signo e instrumento de Dios en estas islas. “En este día memorable, quiero levantar acta, en la que conste de modo fehaciente nuestro reconocimiento de que todo lo bueno que podamos decir de la historia de nuestra diócesis, «es el Señor quien lo ha hecho» – subrayó.
Por ello, invito a los diocesanos “a firmar esta acta en nuestro corazón. Un acta que lleve por título: «200 Años de historia: es el Señor quien lo ha hecho«. Pero en esta acta hay que colocar muchos nombres. Los nombres de todos los fieles cristianos que han conocido y creído en el amor de Dios y que han desarrollado su vida bajo la luz de esa fe. Personas, todas, a las que Dios ha manifestado su amor y se ha servido de ellas para llevar adelante su obra”, explicó el prelado.
En este sentido, Álvarez hizo una emotiva mención desde su madre y padre, a los santos canarios, pasando por los laicos comprometidos, obispos, sacerdotes, vida consagrada, plurales y numerosas realidades eclesiales, así como instituciones civiles, públicas y privadas.
También hubo espacio en su intervención para mirar al presente y futuro. “Nos sentimos felices de pertenecer a esta diócesis de San Cristóbal de la Laguna”, explicó.
“Que la celebración de este bicentenario nos impulse a valorar más la fe cristiana para protegerla, vivirla y difundirla con entusiasmo a las nuevas generaciones. Por eso, los cristianos debemos preocuparnos de acompañar el anuncio de Jesucristo con una vida gozosa y coherente con nuestra identidad de discípulos misioneros de Cristo”, insistió.
“Hagamos el firme propósito de iniciar con esperanza firme y grandeza de ánimo, bajo la inspiración y el auxilio del Espíritu Santo, el tercer siglo de nuestra diócesis de San Cristóbal de La Laguna, concluyó”.
El canto del Te Deum, como acción de gracias y de la Salve ante la imagen de la Virgen de los Remedios, patrona de la diócesis, sirvió para solemnizar el final de una mañana llena de emociones para los católicos de esta provincia.