La capilla mayor o presbiterio es el corazón del templo. En él se puede admirar al Cristo de los Remedios, imagen de bulto redondo atribuida al escultor Ruíz Díaz de Argumedo durante el último cuarto del siglo XVI. Esta talla, está inspirada en el Santísimo Cristo de La Laguna.
El centro lo constituye el Altar, consagrado con el Santo Crisma. A su lado está el Ambón lugar donde se proclaman las lecturas de la Palabra de Dios. Al frente está la Sede, lugar del presidente que, en nombre de Cristo, convoca y preside la asamblea.
Formando parte también del presbiterio y presidiendo el altar mayor se encuentra el Tabernáculo, una obra lígnea encargada por el obispo Antonio Tavira conforme a los cánones ilustrados. Datado hacia 1795, últimamente su diseño ha sido atribuido al arquitecto Diego Nicolás Eduardo. Su construcción y ensamblaje es obra del escultor grancanario José Luján Pérez, autor también de las imágenes que lo complementan. Si bien originalmente era completamente de madera marmolizada, a finales del siglo XIX se enriquece en parte su frente con planchas de plata repujada.
A la derecha del Presbiterio se encuentra la lápida sepulcral de D. Cristóbal Bencomo, Arzobispo de Heraclea y confesor de Fernando VII. Bencomo, natural de esta ciudad y fallecido en Sevilla en 1835, era uno de los grandes benefactores de esta Catedral junto con su hermano Pedro José Bencomo, primer Deán de esta Sede Catedralicia, que descansa bajo la cúpula de este Templo.
“ En él se puede admirar al Cristo de los Remedios, imagen de bulto redondo atribuida al escultor Ruíz Díaz de Argumedo. ”
Entre la parte central del templo y en el lado del Evangelio se puede contemplar una de las obras de arte más características de la Catedral. Se trata de El Púlpito, pieza realizada en mármol italiano por el genovés Pasquale Bocciardo. Esta obra de arte fue donada por el comerciante Andrés José Jayme en el año 1767. La pieza está formada por un ángel sosteniendo la copa y los cuatro Evangelistas con sus respectivos símbolos. Contrasta la forma hexagonal de la peana y la copa con el movimiento giratorio que recrean el ángel y los Evangelistas, acrecentados por su teatralidad barroca y el movimiento de sus ropajes.